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miércoles, 9 de abril de 2014
domingo, 6 de abril de 2014
Agujero atmosférico que refuerza la pérdida de ozono en Pacífico
Una reciente investigación muestra que un agujero atmosférico sobre el Pacífico tropical occidental está reforzando el agotamiento del ozono en las regiones polares y podría tener una influencia significativa sobre el clima de la Tierra.
En la zona tropical del Pacífico occidental existe un agujero natural invisible que se extiende sobre varios miles de kilómetros en la capa global que impide el transporte de la mayoría de las sustancias naturales y de origen humano hacia la estratosfera debido a su composición química.
Como en un ascensor gigante, muchos compuestos químicos emitidos en superficie pasan por lo tanto sin filtrar a través de esta llamada 'capa de detergente' de la atmósfera. Los científicos llaman a esta capa el 'escudo OH'. El fenómeno recién descubierto en los Mares del Sur aumenta el agotamiento del ozono en las regiones polares y podría tener una influencia significativa sobre el clima futuro de la Tierra, también por el aumento de la contaminación del aire en el sudeste asiático.
Las concentraciones de ozono en sus mediciones se mantuvieron casi siempre por debajo del límite de detección en todo el rango vertical de la superficie de la Tierra a una altitud de alrededor de 15 kilómetros. Normalmente las concentraciones de ozono en esta parte de la atmósfera son de tres a diez veces superiores.
Aunque valores bajos a una altitud de alrededor de 15 kilómetros se conocen a partir de mediciones anteriores en la zona periférica de la zona tropical del Pacífico Occidental, la ausencia total de ozono en todas las alturas fue sorprendente.
Sin embargo, después de un corto período de dudas y varias pruebas de los instrumentos, este especialista mundial en ozono se dio cuenta de que era un fenómeno todavía desconocido para la ciencia.
En la zona tropical del Pacífico occidental existe un agujero natural invisible que se extiende sobre varios miles de kilómetros en la capa global que impide el transporte de la mayoría de las sustancias naturales y de origen humano hacia la estratosfera debido a su composición química.
Como en un ascensor gigante, muchos compuestos químicos emitidos en superficie pasan por lo tanto sin filtrar a través de esta llamada 'capa de detergente' de la atmósfera. Los científicos llaman a esta capa el 'escudo OH'. El fenómeno recién descubierto en los Mares del Sur aumenta el agotamiento del ozono en las regiones polares y podría tener una influencia significativa sobre el clima futuro de la Tierra, también por el aumento de la contaminación del aire en el sudeste asiático.
Las concentraciones de ozono en sus mediciones se mantuvieron casi siempre por debajo del límite de detección en todo el rango vertical de la superficie de la Tierra a una altitud de alrededor de 15 kilómetros. Normalmente las concentraciones de ozono en esta parte de la atmósfera son de tres a diez veces superiores.
Aunque valores bajos a una altitud de alrededor de 15 kilómetros se conocen a partir de mediciones anteriores en la zona periférica de la zona tropical del Pacífico Occidental, la ausencia total de ozono en todas las alturas fue sorprendente.
Sin embargo, después de un corto período de dudas y varias pruebas de los instrumentos, este especialista mundial en ozono se dio cuenta de que era un fenómeno todavía desconocido para la ciencia.
Las rayas de las cebras para protegerse de los insectos
Resulta que los mosquitos que pican, incluidos los tábanos y las moscas tse-tsé, son el motor de la evolución de esa espectacular piel.
Entre las hipótesis que se han tenido en cuenta se encuentra que sea una forma de camuflaje, la interrupción del ataque de un depredador confundiéndole visualmente, un mecanismo de gestión del calor, una función social o evitar el ataque de parásitos, como los mosquitos.
El equipo identificó la distribución geográfica de siete especies de cebras, caballos y asnos, y de sus subespecies, señalando el espesor, la ubicación, y la intensidad de las heridas por picaduras en varias partes de sus cuerpos. Su siguiente paso fue comparar la distribución geográfica de estos animales con diferentes variables, incluyendo áreas boscosas, rangos de grandes depredadores, la temperatura y la distribución geográfica de las moscas tse-tsé y los tábanos. Después, examinaron dónde se ubican los animales rayados y superpusieron estas variables. Tras el análisis de las cinco hipótesis, los científicos descartaron todas menos una: la de las moscas chupadoras de sangre.
El estudio encontró que, a diferencia de otros mamíferos de pezuña africanos que viven en las mismas áreas que las cebras, estas tienen el pelo más corto que la longitud del aparato bucal de los molestos mosquitos, así que las cebras pueden ser particularmente susceptibles a la irritación por las picaduras.
¿Por qué los insectos que pican evitan las superficies rayadas? Estudios anteriores han demostrado que los mosquitos tienden a evitar las superficies rayadas en blanco y negro, así que ahora el debate evolutivo debe abordar este asunto.
La Luna de Encéfalo tiene un océano de agua subterráneo

La sonda espacial Cassini, de la NASA, ha encontrado sólidas pruebas de la existencia de un océano subterráneo de agua líquida en Encelado, una de las lunas de Saturno. Para los investigadores, además, se trataría de un hábitat ideal para el desarrollo de microorganismos extraterrestres. Encelado se añade así, por derecho propio, a la corta lista de lunas de Saturno (Titán) o de Júpiter (Europa) con agua en estado líquido bajo su superficie.
La posibilidad de una gran reserva interior de agua líquida en Encelado se consideró por primera vez en 2005, cuando los instrumentos de la Cassini descubrieron grandes géiseres de vapor y hielo surgiendo del polo sur del satélite.
Ahora sabemos que, bajo un manto de hielo de entre 30 y 40 km de espesor, hay una cantidad de agua equivalente, por lo menos, a la del Lago Superior, el mayor de toda Norteamérica y el segundo mayor del mundo, con una superficie de 82.000 km cuadrados y que se estima contiene cerca de 12.300 km cúbicos de agua. El océano de Encelado podría tener una profundidad de cerca de diez km.
toda esa cantidad de agua descansa sobre una base de roca (silicatos), y no sobre más hielo, como sucede con océanos subterráneos de otras lunas del Sistema Solar, como Titán. Una diferencia que puede parecer sutil, pero de la que podría depender la existencia de vida. En efecto, la presencia de agua en contacto directo con silicatos induce a ricas y complejas reacciones químicas que, junto a una fuente de energía, serían el caldo de cultivo ideal para que surgieran formas elementales de vida.
De hecho, los instrumentos de la Cassini ya habían revelado la presencia de compuestos orgánicos en el agua de los géiseres de vapor del polo Sur del satélite.
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