La sonda espacial Cassini, de la NASA, ha encontrado sólidas pruebas de la existencia de un océano subterráneo de agua líquida en Encelado, una de las lunas de Saturno. Para los investigadores, además, se trataría de un hábitat ideal para el desarrollo de microorganismos extraterrestres. Encelado se añade así, por derecho propio, a la corta lista de lunas de Saturno (Titán) o de Júpiter (Europa) con agua en estado líquido bajo su superficie.
La posibilidad de una gran reserva interior de agua líquida en Encelado se consideró por primera vez en 2005, cuando los instrumentos de la Cassini descubrieron grandes géiseres de vapor y hielo surgiendo del polo sur del satélite.
Ahora sabemos que, bajo un manto de hielo de entre 30 y 40 km de espesor, hay una cantidad de agua equivalente, por lo menos, a la del Lago Superior, el mayor de toda Norteamérica y el segundo mayor del mundo, con una superficie de 82.000 km cuadrados y que se estima contiene cerca de 12.300 km cúbicos de agua. El océano de Encelado podría tener una profundidad de cerca de diez km.
toda esa cantidad de agua descansa sobre una base de roca (silicatos), y no sobre más hielo, como sucede con océanos subterráneos de otras lunas del Sistema Solar, como Titán. Una diferencia que puede parecer sutil, pero de la que podría depender la existencia de vida. En efecto, la presencia de agua en contacto directo con silicatos induce a ricas y complejas reacciones químicas que, junto a una fuente de energía, serían el caldo de cultivo ideal para que surgieran formas elementales de vida.
De hecho, los instrumentos de la Cassini ya habían revelado la presencia de compuestos orgánicos en el agua de los géiseres de vapor del polo Sur del satélite.
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