Los científicos han descubierto una sustancia que puede convertir a las hormigas en superhormigas.
El cuerpo de estas hormigas modificadas cambia por dentro. Su cerebro encoge un 25%, los ovarios se expanden hasta ocupar casi todo su abdomen y, lo que es mejor, pasan de poder vivir unos seis meses a varios años. Pero las hormigas agraciadas con estas transformaciones no necesitan tener superpoderes, sino poner una ingente cantidad de huevos: por ello, pasan de ser humildes obreras (una casta prescindible), dedicadas a proteger el nido y a conseguir comida, a auténticas reinas, cuya única preocupación es asegurarse la descendencia y volar en busca de nuevos nidos.
«Ganar los combates incrementa los niveles de dopamina y esto lleva a los cambios físicos» que las transforman en reinas. Por el contrario, «perder baja los niveles de dopamina». Además, si la reina vuelve al nido en el plazo de unas horas, los niveles de dopamina retornan a la normalidad y la obrera continúa siendo obrera.
Pero, ¿cómo consigue esta molécula hacer estos cambios? Aunque aún no se conocen cuál es el mecanismo, se cree que algunos genes se «encienden» y otros se «apagan», un proceso que en Biología se conoce como «epigenética».
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