martes, 18 de febrero de 2014

Saltarse el desayuno engorda

Los niños que se saltan el desayuno son más obesos que los que desayunan bien, incluso aunque éstos ingieran más calorías a lo largo de la jornada.Por el contrario, los jóvenes que se saltaron la primera comida del día pesaron un promedio de 2,3 kilos más que los anteriores, incluso aunque ingirieran menos calorías al final del día. Por si esto fuera poco, los que no desayunaban serán más vulnerables a la obesidad cuando sean adultos.
De forma sorprendente, el efecto de un correcto desayuno resultó mucho mayor que el de la realización de ejercicio físico. Es decir, que si un niño hace ejercicio y se salta el desayuno, tendrá más inclinación a la obesidad que otro compañero que desayune bien y no realice actividades físicas. Sorprendente, pero cierto.
La razón de los efectos positivos de un correcto desayuno probablemente sea que los niños y adolescentes que desayunan bien se alimentan mejor, tienen más energía durante su jornada escolar (y, presumiblemente, además de rendir más, queman más calorías) y, a lo largo del día, ingieren más hidratos y fibra y menos grasas. Los que no han desayunado, al llegar a casa comen en exceso y tienen sus comidas menos repartidas, lo que es un factor adicional de obesidad. Por tanto engordan más, incluso aunque tomen menos calorías que los otros.
Con respecto a lo que debe incluir un buen desayuno, hay tres ingredientes que nunca deben faltar: lácteos, fruta y cereales. Pero puede añadirse aceite de oliva, mantequilla o margarina, mermelada, miel e incluso embutidos. Y en cantidades generosas, ya que el desayuno debe suponer, según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria, en torno al 25% de las necesidades diarias de nutrientes.

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