miércoles, 9 de abril de 2014

Los microbios podrían haber causado la extinción más grande de la Tierra

Una investigación reciente sugiere que una actividad frenética microbiana pudo haber causado la mayor extinción masiva de la historia de la Tierra.
Los hallazgos sugieren que las bacterias, con un poco de ayuda del vulcanismo masivo, producen grandes cantidades de metano, matando así al 90% de la vida en el planeta.
Hace unos 252 millones de años, más del 96% de la vida marina y del 70% de las formas de vida terrestres murieron en un evento conocido como la gran extinción del Pérmico.  La mortandad masiva ocurrió en un instante geológico de tan sólo 60.000 años. Los científicos han propuesto de todo para explicar esta extinción catastrófica: desde impactos de meteoritos masivos, explosiones de polvo de carbón, hasta la ruptura de los supercontinentes.
Pero si las erupciones volcánicas causaron la gran muerte, los cambios en el nivel del carbono de la atmósfera debieron ocurrir como grandes estallidos seguidos por un declive gradual. En cambio, según los investigadores, el nivel de dióxido de carbono (CO2) aumentó de forma exponencial, lo que apunta a una causa biológica.
El equipo se preguntó si las bacterias productoras de metano -en particular, un género conocido como Methanosarcina- podrían haber causado la sobredosis de dióxido de carbono. El equipo utilizó las tasas de mutación genética para estimar que Methanosarcina adquirió los genes para generar metano a partir del acetato hace unos 250 millones de años, que coincide justo con el momento de la extinción.

Extinciones masivas.flv


Evolución del ser humano


HISTORIA DE LA VIDA (en la Tierra)


domingo, 6 de abril de 2014

Agujero atmosférico que refuerza la pérdida de ozono en Pacífico

Una reciente investigación muestra que un agujero atmosférico sobre el Pacífico tropical occidental está reforzando el agotamiento del ozono en las regiones polares y podría tener una influencia significativa sobre el clima de la Tierra.
En la zona tropical del Pacífico occidental existe un agujero natural invisible que se extiende sobre varios miles de kilómetros en la capa global que impide el transporte de la mayoría de las sustancias naturales y de origen humano hacia la estratosfera debido a su composición química.
Como en un ascensor gigante, muchos compuestos químicos emitidos en superficie pasan por lo tanto sin filtrar a través de esta llamada 'capa de detergente' de la atmósfera. Los científicos llaman a esta capa el 'escudo OH'. El fenómeno recién descubierto en los Mares del Sur aumenta el agotamiento del ozono en las regiones polares y podría tener una influencia significativa sobre el clima futuro de la Tierra, también por el aumento de la contaminación del aire en el sudeste asiático.


 Las concentraciones de ozono en sus mediciones se mantuvieron casi siempre por debajo del límite de detección en todo el rango vertical de la superficie de la Tierra a una altitud de alrededor de 15 kilómetros. Normalmente las concentraciones de ozono en esta parte de la atmósfera son de tres a diez veces superiores.
Aunque valores bajos a una altitud de alrededor de 15 kilómetros se conocen a partir de mediciones anteriores en la zona periférica de la zona tropical del Pacífico Occidental, la ausencia total de ozono en todas las alturas fue sorprendente.
Sin embargo, después de un corto período de dudas y varias pruebas de los instrumentos, este especialista mundial en ozono se dio cuenta de que era un fenómeno todavía desconocido para la ciencia.
 
 
 
 
 
 

Las rayas de las cebras para protegerse de los insectos

Resulta que los mosquitos que pican, incluidos los tábanos y las moscas tse-tsé, son el motor de la evolución de esa espectacular piel.
Entre las hipótesis que se han tenido en cuenta se encuentra que sea una forma de camuflaje, la interrupción del ataque de un depredador confundiéndole visualmente, un mecanismo de gestión del calor, una función social o evitar el ataque de parásitos, como los mosquitos.
El equipo identificó la distribución geográfica de siete especies de cebras, caballos y asnos, y de sus subespecies, señalando el espesor, la ubicación, y la intensidad de las heridas por picaduras en varias partes de sus cuerpos. Su siguiente paso fue comparar la distribución geográfica de estos animales con diferentes variables, incluyendo áreas boscosas, rangos de grandes depredadores, la temperatura y la distribución geográfica de las moscas tse-tsé y los tábanos. Después, examinaron dónde se ubican los animales rayados y superpusieron estas variables. Tras el análisis de las cinco hipótesis, los científicos descartaron todas menos una: la de las moscas chupadoras de sangre.
El estudio encontró que, a diferencia de otros mamíferos de pezuña africanos que viven en las mismas áreas que las cebras, estas tienen el pelo más corto que la longitud del aparato bucal de los molestos mosquitos, así que las cebras pueden ser particularmente susceptibles a la irritación por las picaduras.
¿Por qué los insectos que pican evitan las superficies rayadas? Estudios anteriores han demostrado que los mosquitos tienden a evitar las superficies rayadas en blanco y negro, así que ahora el debate evolutivo debe abordar este asunto.
Resuelto el misterio de las rayas de las cebras

La Luna de Encéfalo tiene un océano de agua subterráneo

La luna Encelado tiene un océano subterráneo apto para la vida

La sonda espacial Cassini, de la NASA, ha encontrado sólidas pruebas de la existencia de un océano subterráneo de agua líquida en Encelado, una de las lunas de Saturno. Para los investigadores, además, se trataría de un hábitat ideal para el desarrollo de microorganismos extraterrestres. Encelado se añade así, por derecho propio, a la corta lista de lunas de Saturno (Titán) o de Júpiter (Europa) con agua en estado líquido bajo su superficie.
La posibilidad de una gran reserva interior de agua líquida en Encelado se consideró por primera vez en 2005, cuando los instrumentos de la Cassini descubrieron grandes géiseres de vapor y hielo surgiendo del polo sur del satélite.
Ahora sabemos que, bajo un manto de hielo de entre 30 y 40 km de espesor, hay una cantidad de agua equivalente, por lo menos, a la del Lago Superior, el mayor de toda Norteamérica y el segundo mayor del mundo, con una superficie de 82.000 km cuadrados y que se estima contiene cerca de 12.300 km cúbicos de agua. El océano de Encelado podría tener una profundidad de cerca de diez km.
toda esa cantidad de agua descansa sobre una base de roca (silicatos), y no sobre más hielo, como sucede con océanos subterráneos de otras lunas del Sistema Solar, como Titán. Una diferencia que puede parecer sutil, pero de la que podría depender la existencia de vida. En efecto, la presencia de agua en contacto directo con silicatos induce a ricas y complejas reacciones químicas que, junto a una fuente de energía, serían el caldo de cultivo ideal para que surgieran formas elementales de vida.
De hecho, los instrumentos de la Cassini ya habían revelado la presencia de compuestos orgánicos en el agua de los géiseres de vapor del polo Sur del satélite.